“Why do you go away? So that you can come back. So that you can see the place you came from with new eyes and extra colors.
And the people there see you differently, too. Coming back to where you started is not the same as never leaving.”

Singapore Skyline

Singapore Skyline

martes, 10 de febrero de 2015

Finally!


Finalemente es la palabra que se me vino a la cabeza cuando por fin aterricé aquí. Y es que no es un secreto que llevo buscando una aventura asiática desde hace ya más de un año...

Porque como buen passenger, necesitaba cargarse las pilas de un poco de adrenalina, del reto de trasladar la rutina a un lejano continente.

Y así salir de París un domingo por la mañana y despertar un lunes de madrugada en Asia. Entre pagodas, casas de colores estilo colonial y rascacielos.


Un vuelo reconfortante tras el frenesí de las últimas semanas en París. No sé si fue la siesta de seis o siete horas o el hecho de aterrizar en el verano, pues a las 11 am ya estaba en la oficina saludando, abriendo el correo y descubriendo lo que me esperaba.

Una mezcla de colores entre lo moderno y lo antiguo, aunando culturas y religiones, razas y costumbres en una sola ciudad.



Y así despertarme cada mañana, caminando hacia el nuevo bureau, con los pajarillos habitantes entre las pequeñas casas de colores de Duxton Hill, cerca y lejos al mismo tiempo del mundanal ruido de avenidas y rascacielos.

“Viajar es una brutalidad. Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal”. 



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